Nos acercamos en tren a Nara que está a menos de una hora de Kyoto. Tiene muchas zonas que son patrimonio mundial y su punto más destacado es el Todai-ji donde hay una gran figura del Daibutsu.
El recorrido es un enorme parque con varios templos y llenos de ciervos paseando por las calles (como en Miyajima). La gente compra galletas especiales para estos animalillos que se acercan en manada al ver la comida.
De camino al Todai-ji hacemos una parada en el Templo Kofuku-ji que tiene dos pagodas, una de 3 y otra de 5 plantas, jardincitos y ciervos hambrientos al acecho.
Llegamos al Templo Todai-ji con su Daibutsu-den, el edificio de madera más grande del mundo (y eso que es 2/3 del original), que tiene en su interior una figura del Daibutsu (el Gran Buda) de 16 metros de altura (437 toneladas de bronce y 130 kg de oro).
Por la parte de detrás del Buda hay una columna de madera agujereada por la base (agujero del tamaño de un orificio nasal del Buda). Según dicen, quien consiga atrevesarlo alcanzará la iluminación. Los niños pasaban bien (unos mejor que otros), pero algunos más mayores lo intentaban y no había manera. Nosotros nos asomamos y, al ver nuestras dimensiones y el tamaño del agujerito, pensamos que de momento la iluminación no está a nuestro alcance.
Templo Todai-ji (fijaos en las personas de la puerta lo pequeñitas que son en comparación al templo).
Agujero en una columna de madera del Templo Todai-ji.
El Daibutsu (gran buda) del Templo Todai-ji.
Luego subimos al Templo Nigatsu-do, que está algo más elevado, para tener unas vistas panorámicas de Nara.
Templo Nigatsu-do.
Para terminar en Nara visitamos el Santuario Kasuga Taisha, con caminitos llenos de faroles y «ciervos sagrados» a la espera de más galleticas.
Santuario Kasuga Taisha.
Puerta del santuario Kasuga Taisha.
De vuelta a Kyoto paramos en Fushimi Inari (santuario dedicado a los dioses del arroz y del sake). Es típico por las toriis rojas. Por el camino hay muchas figuras de zorros de piedra, considerados dioses de los cerales y un sendero de 4km de toriis rojas.
Santuario Fushimi Inari.
Toriis del santuario Fushimi Inari.
Más toriis del santuario Fushimi Inari.
Una vez en Kyoto, comemos en la estación y vamos al ryokan a pegarnos una siesta para salir un rato esta noche por la zona Gion.
En muchos sitios de Japón estamos viendo maquinitas de esas que hay como un un gancho que vas dirigiendo para ver si atrapas algún peluche. Cuestan entre 100 y 200 yenes (100-200 pesetas). Como parece que están a huevo de caer pues hemos echado unas partidicas. Es un poco tangue, el gancho al intentar coger un peluche se medio escurre y ni lo mueve. Pero hemos utilizado otras técnicas, viendo que la pinza al bajar (no al cerrarse) empuja los peluches, y tenemos unos mini Elmos de barrio sésamo y un Triki.
Sandra con el premio de la maquinita de peluches.
Seguimos de paseo por las calles de Gion a la caza de geishas y reocorremos las calles empedradas viendo las bonitas entradas a las casas de té.
De vez en cuando vemos alguna geisha que sale rápidamente de una casa y se mete en otra, o que está con algunos tipos trajeados y no es cuestión de hacer fotos a ver si son políticos o alguien importante y la liamos. Pero hemos pillado alguna despistada y tenemos fotos hechas a la carrera.
Entrada de una casa de té de la zona de Gion (Tokyo).
Una geisha que se nos daba a la fuga por Gion.
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2 respuestas a 26 de agosto de 2008 – Desde Kyoto excursión a Nara e Inari