Hoy es nuestro último día en Santa Cruz.
A las 7:30 salimos de la habitación con nuestras cosas y le pedimos a la chica de la recepción del hotel que nos guarde las mochilas, ya que no nos marchamos a San Cristobal hasta las 14:00 y aún queremos hacer cosas en esta isla.
Caminamos hacia el puerto para ir a ver las Grietas. Se trata de unas fisuras de lava, formando dos grandes paredes, entre las cuales pasa agua salobre.
En el muelle cogemos un taxi acuático (0,60$ c/u) que cruza a la parte de enfrente. Aquí iniciamos la marcha por un sendero señalizado, pasando entre cactus y arbustos, rocas volcánicas y una playa situada frente al hotel Finch Bay.
Llegamos a las Grietas y el agua está transparente y helada. No se ven peces, tal y como nos habían dicho, por lo que no nos bañamos (además de por el frío). Tampoco es demasiado espectacular, pero como no está lejos y se llega en un ratito se puede ir a verlas si se dispone de tiempo.
Estamos un poco más y volvemos por el mismo camino para coger de nuevo el taxi.
Seguimos caminando hacia la estación científica Charles Darwin, parando en Bahía Pelícano, donde venden pescado fresco. Hay varios pelícanos, fragatas y algún lobo marino esperando a ver que cae.
Tras un rato de diversión observando a los pelícanos y a los lobitos merodear junto a los pescados troceados, nos dirigimos a la estación científica para ver el centro de crianza de tortugas terrestres. Es bonito verlas aquí, ya que se ven muchas, desde crías hasta enormes especímenes; aún así, nos gusta más encontrarlas por los senderos y en libertad, como las vimos días atrás.
Sobre las 11:00 acabamos las visitas del día y nos quedamos por Puerto Ayora. Nos tomamos unos heladitos y nos vamos a comer unos «almuerzos» (que viene a ser el menú del día de los bares). En uno de los kioscos almorzamos, por 3,50$ c/u, un primer plato de sopa de carne, un segundo a elegir entre pollo asado + arroz blanco + ensalada o espaguetis con carne + arroz blanco, y jugos (zumos de fruta natural) para beber.
Volvemos al hotel a por nuestras mochilas y nos dirigimos al muelle a esperar que salga la lancha rápida que nos va a llevar a San Cristobal. En el puerto nos hacen el chequeo de equipajes debido a que vamos a cambiar de isla. Una barquita-taxi nos acerca al Blue Fantasy que va a ser nuestra embarcación de hoy.
El trayeco, de unas dos horas, es bastante ajetreado, el mar está revuelto y hay mucho oleaje. Durante el recorrido vemos peces voladores saltando y algún que otro albatros revoloteando cerca de la barca.
Estamos en la isla San Cristobal (en Puerto Baquerizo Moreno), nuestro último destino en Galápagos. No tenemos reservado alojamiento para estos días, así que empezamos a buscar por las calles. Una mujer nos ve la pinta de turistas, con las mochilas a cuestas, y nos pregunta si necesitamos habitación porque ella tiene disponibles. La acompañamos calle arriba para ver que tal están. Entramos en Casa Mabell: habitaciones muy amplias, cocina-comedor, agua caliente y wifi, incluso tenemos una terraza para tender los bañadores y las cosas de buceo. Sale a 30$ la noche, nos parece muy buena relación calidad/precio, por lo que nos vamos a alojar aquí estos días.
Dejamos los trastos para ir a inspeccionar un poco la zona del puerto. Esta isla es algo intermedio entre Isabela y Santa Cruz, más tirando a esta última pero más tranquila.
De momento nos está gustando bastante. En el paseo marítimo vemos varios lobitos de mar tumbados y en la orilla de la playa hay muchísimos más. Casi todos están tumbados perreando, algunos se bañan cerca de la orilla y los más pequeños juegan mientras otros están mamando de sus madres.
Después de una primera toma de contacto con la isla, compramos algo de desayuno en un supermercado para el día siguiente y nos vamos a cenar a uno de los kioscos. Nos pedimos papipollo, hamburguesa y unos zumos por 12$.
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