Vamos a ver un lago que hay cerca del hotel. Este camino es bastante más fácil que el de ayer: es todo llano y está pensado para ir paseando.
Remontamos el río Azusa-gawa para alcanzar el lago Myojin.
Paseando hacia el lago.
Descanso durante el camino.
Cruzamos al otro lado del río para ver el lago.
El lago, como el río, tiene el agua limpísima y, como ha salido buen día, todo se refleja como en un espejo.
Hay varios patitos que se acercan para que les des comida. Se acercan tanto que los puedes tocar.
Lago Myojin.
En un árbol del lago.
Un pato de los varios que se acercaban a ver si caía algo de comida.
Ahora volvemos por el otro lado del río, para recoger las cosas, porque nos vamos en autobús a Takayama.
Junto a un tronquito.
Sandra va acribillada de picaduras por brazos, piernas y espalda. Hemos ido a una farmacia a por un producto para picaduras varias de insectos, a ver si mejora el picor.
Al llegar a Takayama, vamos a dejar las cosas al Ryokan y a comer un poco de arroz con pollo.
La tarde ha sido algo más relajada. Aprovechamos para dar una vuelva por el pueblo. Aquí hay bastantes turistas y muchas tiendecitas.
Compramos cena en un supermercado para cenar en la habitación, ya que el Ryokan tiene una cocina que podemos utilizar.
Tras la cena, como nos quedamos con ganas de hacer fotos porque esa tarde había mucha gente, vamos a las callecitas de casitas antiguas y damos un paseo nocturno para finalizar el día.
Una casita de Takayama.
Takayama de noche.
Paseo nocturno por Takayama.
Ryokan «Rickshaw Inn».
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