Hace un día perfecto: nubecitas blancas y cielo azul. Aprovechamos la mañana para ver el Castillo de Matsumoto.
Es el castillo de madera más antiguo de Japón y se le conoce como el «Castillo del Cuervo» por sus colores en blanco y negro. Tiene un foso alrededor con patitos y cisnes, y un puente rojo que lo cruza.
Castillo de Matsumoto.
Castillo de Matsumoto.
Castillo de Matsumoto.
Castillo de Matsumoto.
Después del paseito por el castillo y sus jardines, vamos a reponer fuerzas degustando un poco de la comida típica del lugar: unas brochetas de carne y un poquito de larvas de abeja, que siempre conviene.
Platito de larvas de abeja.
Ummm, que ricas las larvicas!!!
Tras el delicioso festín, vamos (tren y autobús) a Kamikochi en el Parque Nacional de los Alpes Japoneses.
Aquí hace más fresquito, hay mucho verde y se ha puesto a llover, por lo que vamos a aprovechar para adelantar el blog.
Estamos en el hotel «Kamikochi Nishiitoya San-So» junto al río Azusa-Gawa. Es fundamental comentar el nombre del río ya que a mi padre le interesan mucho esas cuestiones, al igual que el precio de la gasolina de los sitios, que aquí está cerca de los 200¥, jejeje.
La habitación es de estilo japonés y muy acogedora. Incluyen cena y desayuno. La cena es un plato detrás de otro, la mesa repleta, mucho pescado y cosas raras y una botellita de sake que he pedido para ver que tal. Dejamos los platos impecables (como no podía ser de otra manera) y a la habitación a pensar en qué haremos mañana por aquí.
Cena en Kamikochi.
Cena en Kamikochi (preparado para el «sake»).
Habitación de Kamikochi.
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