Madrugón al canto y viajecito con varias escalas: de Kanazawa a Osaka en tren, de Osaka a Shininimamiya en otro tren, de Shininimamiya a Hashimoto en otro más, de Hashimoto a Gokurakibashi en otro, y de Gokurakibashi en funicular hasta Koyasan!!!
¿Y qué hay en Koyasan? Pues más templos, cómo no, y algo más. Es un entorno natural en la montaña donde se encuentran varios templos budistas, puedes alojarte en ellos así como participar por la mañana en los rezos (o-inori).
Algo de naturaleza y meditación de vez en cuando siempre conviene.
Después del pedazo de trayecto, llegamos a nuestro templo para dejar las cosas y visitar el lugar.
La habitación es estilo japonés, con vistas a los jardines del templo.
Puerta de entrada al Templo Ekoin (donde vamos a dormir).
Habitación del Templo Ekoin.
Lo primero es visitar el Templo Kongobu-ji. Nos ha gustado mucho el jardín de rocas con arena rastrillada, como tipo zen.
Seguimos por la zona para ver un conjunto de templos, en el que hay una pagoda muy colorida. Dentro de ésta hay una figura del Buda cósmico (nada menos) y sus cuatro budas custodios (no se podía hacer fotos; pero confirmamos que, según decía Alfredo en un comentario, estos budas tenían pintado el bigote).
Jardín de rocas del Templo Kongobu-ji.
Conjunto de templos Garan (a ver si nos veis).
Conjunto de templos Garan. Gran Pagoda Daito.
Puerta Daimon.
Después a cenar en el templo (a las 17:30!!!). Son todo cosas vegetarianas y te lo traen a la habitación. No está mal del todo, pero luego tuvimos que comer algo más por ahí.
Cenando en el Templo Ekoin.
Por la noche paseito por un templo-cementerio, repleto de cedros y miles de tumbas. El camino termina en el edificio principal, con una sala llena de farolillos.
(Comentario para Alfredo: «todo budista que se precie tiene sus huesos, o al menos un mechón de cabello, enterrados en este templo-cementerio, para estar en primera fila cuando el Buda Miroku llegue a la Tierra – según pone en la guía -» ).
Paseo nocturno por el cementerio Oku-no-in.
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