De Uvita a Bahía Drake

Desayunamos unos bollos y un zumo que teníamos de las compras en el supermercado y recogemos los trastos.

Nos trasladamos a Bahía Drake para ir al Parque Nacional de Corcovado y visitar su selva virgen tropical; y también nos acercaremos a la Isla del Caño para intentar ver ballenas y hacer snorkel.

Salimos de Cabinas los Laureles y recorremos la callecita no asfaltada hasta la vía principal para esperar el autobús que pasa a las 5:30.

Estamos un ratito porque hemos llegado pronto y enseguida aparece el autobús. Cuesta 1.200 colones cada uno y tarda hora y media en llegar a Palmar Norte que es donde tenemos que coger el siguiente.

En Palmar Norte, tenemos que esperar hasta las 08:00 y nos tomamos unos cafés y unas empanadas en una panadería. Aprovechamos y vamos ver unas esferas de piedra precolombinas que hay por aquí cerca, dentro de un colegio. Son un ful y nos volvemos a la parada a esperar.

El autobús de Palmar Norte a Sierpe cuesta 375 colones cada uno y tarda 40 minutos. Desde Sierpe, tenemos que ir al embarcadero del bar Las Vegas para coger una barca que nos deje en Bahía Drake.

Embarcadero de Sierpe
Embarcadero de Sierpe


Todavía son las 08:40 y aquí no saca la barca ni Cristo hasta las 11:30. Nos sentamos en una mesita mientras tanto a tomar unos zumos.

Esperando la barca
Esperando la barca


La barca cuesta 15$ por persona y tarda sobre una hora y 15 minutos. A mitad del camino nos ha caído una lluvia bastante importante y nos ha impedido disfrutar de las bonitas vistas de los canales del río. Nos hemos puesto el poncho y a mirar hacia el suelo de la barca.

Cocodrilo en la orilla
Cocodrilo en la orilla

Hacia Bahía Drake
Hacia Bahía Drake


No hay embarcadero en Bahía Drake, hay que subirse los pantalones y quitarse las zapatillas para salir con el equipaje hacia la orilla de la playa. Allí nos espera el peculiar personaje Miguel, uno de los propietarios de Finca Maresía, con su super furgoneta blanca destartalada, para subir por un caminito de piedras hasta el alojamiento.

El entorno de Finca Maresía es muy bonito al igual que sus cabañitas con vistas a la selva. Cuesta 60$ la noche con desayuno incluído. Nos vamos a quedar 4 días.

Finca Maresía
Finca Maresía

Habitación
Habitación

Terraza de nuestra habitación
Terraza de nuestra habitación


Nos instalamos y bajamos a almorzar a una especie de restaurante que hay junto a la finca ya que aquí no hace almuerzos, sólo cenas.
Comemos una especie de casado y nos cuesta 9$ cada uno, es bastante caro pero no hay otra opción si no quieres bajar al pueblo que está a 40 minutos andando.

Comiendo res
Comiendo res


Miguel baja varias veces al día al pueblo y siempre puedes ir con él si coincides en los horarios y no va con la furgoneta llena.

Después de perrear un poco en la hamacas nos bajamos andando al pueblo y compramos un poco de picoteo en el supermercado por si estos días nos apetece tomar algo en la terracita.

Orilla del mar
Orilla del mar


Para la subidita, esperamos a Miguel que baja a las 17:00 a recoger a más gente y nos subimos con él.

Nos tiramos por las hamacas en plan relax. Se oyen monos aulladores de fondo, se pueden ver varias parejas de guacamayos yendo de un árbol a otro y pájaros de colores volando.

Nos quedamos a cenar en Finca Maresía. La cena es un menú diferente cada día y hay que avisar si te quedas para que prepare la cantidad adecuada. Si no te gusta algo también puede hacerte otra cosa. Cuesta 15$ y consiste en: una ensaladita, una crema (normalmenfe de verduras), un plato «fuerte» (pescado, pollo o lo que toque ese día) y un pequeño trocito de tarta casera.

Lo vemos algo caro y no demasiado abundante, aunque otros nos han comentado que era suficiente o incluso demasiado, igual es que nosotros comemos mucho. Está bastante rico pero consideramos que el plato «fuerte» debería de llevar más cantidad o al menos porner algo de guarnición ya que se quedaba el trocito de pollo en medio del plato muy solito.

La otra opción es ir al pueblo que es más barato pero luego hay que pagar el taxi con lo que de precio te quedas igual. Y seguro que hay coger taxi porque Miguel ya no baja a esas horas y siempre está lloviendo por las tardes así que ir andando descartado.

En los arbustos y árboles de detrás de la cocina, nos ha enseñado Miguel un lugar donde se suelen poner ranitas. Investigando con una linternita conseguimos ver una, porque oirse se oyen cantar por toda la finca con distintos cánticos y a distintas especies.

Ranita en el árbol
Ranita en el árbol

Hemos decidido hacer las excursiones de la estación Sirena del Parque Nacional de Corcovado mañana y la Isla del Caño pasado mañana.
El otro día que nos queda lo dejamos libre para ir por nuestra cuenta a ver las playas de alrededor.



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7 respuestas a De Uvita a Bahía Drake

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