A las 07:00 cogemos un autobús a San José. Llegamos a las 11:00 y nos cuesta 5.240 colones cada uno.
Desde la estación de autobuses vamos en taxi al aeropuerto (10.000 colones). En 20 minutos estamos allí y vamos a buscar las oficionas de Taca Airlines.
Ayer nos enteramos que el huracán Irene está por la zona de Nueva York y Obama ha cerrado los aeropuertos, por lo que los vuelos han sido cancelados. Estamos en el aeropuerto de San José de Costa Rica para hablar con alguien de la compañía con la que tenemos reservado el vuelo, ya que por teléfono no nos han dado ninguna opción
En la primera planta del aeropuerto hay unos despachos de Taca, conseguimos hablar con una empleada y nos dice que no hay vuelos y que tenemos que ponernos en contacto por teléfono con la central de reservas ya que ella desde aquí no puede ayudarnos. Son las únicas oficinas de Taca Airlines que hay en el aeropuerto internacional de San José, nos hemos presentado para resolver nuestra situación hablando directamente con la compañía y no nos quieren ayudar, dice que llamemos por teléfono al número que hemos llamado antes, ni siquiera quiere llamar ella por nosotoros.
En ese teléfono, al cual estamos llamando desde cabinas del aeropuerto, para que no nos cobren llamada internacional, se pone la musiquita de fondo y no lo coge nadie, las líneas están colapsadas. Cuando conseguimos que alguien nos atienda, seguimos con la misma y única opción: se está reubicando a los pasajeros a partir del 15 de septiembre.
Los vuelos de todas las compañías que vuelan a Nueva York están cancelados. No sabemos que hacer, por lo menos queremos llegar a Estados Unidos y llegar a Nueva York aunque sea en tren o en autobús. Vamos a buscar las oficinas de Delta Airlines (con ellos volamos de Nueva York a Valencia) para intentar otras opciones. El personal de Delta nos dice que hoy no va a haber vuelos a Nueva York pero que ellos están reubicando a sus clientes para mañana, ya que está previsto que se abran los aeropuertos en breve, lo del 15 de septiembre le parece excesivo.
Seguimos cabreados hablando con los de Taca, en facturación y en sus oficinas, y no hay manera. Nos encontramos a una pareja en la misma situación, tenían que salir hoy para Nueva York y vuelan a España el 31 de agosto. También habían pensado dejarse un par de días para ver Nueva York y tener además ese margen por si había retraso en los vuelos, pero ninguno pensábamos que podría pasar esto.
Ni yendo los cuatro a hablar con los de Taca conseguimos nada, les proponemos opciones para que nos reubiquen en cualquier vuelo que nos deje cerca de Nueva York o al menos en Estados Unidos y tampoco. Decidimos irnos a buscar un hotel ya que hoy va a ser imposible volar.
Cogemos un taxi hasta Alajuela, cerca del aeropuerto, y el taxista nos lleva al Hotel Internacional (30$ la habitación doble con desayuno). Descansamos un rato y por la tarde volvemos al aeropuerto para ver si hay alguna novedad, pero todo sigue igual.
Volvemos al hotel con la chica y el chico españoles y nos ponemos a buscar opciones por internet para llegar a Estados Unidos. Nosotros reservamos con Taca (que nos decía que no había vuelos hasta el 15 de septiembre) un vuelo para mañana 29 de agosto de San Jose a Miami con escala en el Salvador, para el día siguiente (30 de agosto) reservamos con Delta un vuelo de Miami a Washington con escala en Atlanta, para finalmente desde Washington coger un autobús, a través de la compañía Bolt Bus, para ir desde Washington a Nueva York. De esta forma llegamos a Nueva York el día 30 sobre las 22:00, con lo que podremos coger el vuelo del día 31. Esta pareja reserva una opción similar aunque ellos salen mañana más temprano, nosotros ya no hemos podido coger ese avión y saldremos mañana por la tarde. Son muchas escalas y unos días algo estresantes pero al menos esos vuelos están operativos y podremos llegar.
Nos vamos a la cama y nos despedimos de esta pareja, ya es de madrugada y ellos se marchan temprano, nosotros dormiremos algo más pero estamos hechos polvo del día que llevamos, de los nervios y de pensar en los viajecitos que nos esperan.
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